ESTRÉS, ANSIEDAD Y ATAQUES DE PÁNICO
Desde hace una temporada estás tens@; como si fueses incapaz de hacer frente a la situación. Te sientes superad@. Con el paso del tiempo, el estado de tensión te está pasando factura a nivel físico (agotamiento, tensión muscular, molestias digestivas, etc.), interfiere en tu rendimiento intelectual, dificulta el desempeño en diversas tareas e incluso has notado que enfermas con más frecuencia de lo habitual. Igualmente, desde hace algún tiempo, estás preocupad@ por muchas cosas y tienes la sensación general, de que algo malo va a ocurrir. Te resulta difícil controlar esta preocupación, duermes menos horas de lo normal y te notas los “nervios” a flor de piel. Del mismo modo, estás más cansado de lo habitual, olvidadizo, irritable y con dolor de cuello y espalda debido a posibles contracturas.
También, puede ocurrir que de repente, una intensa sensación de miedo te invada por completo; como si algo peligroso hubiese sucedido, esté sucediendo en ese instante o pueda suceder de manera inminente.
El miedo intenso se puede acompañar de taquicardia, hiperventilación, mareo, sensación de ahogo o nudo en la garganta, dolor en el pecho, temblor, sudoración, calor o frío, entumecimiento u hormigueo en alguna parte del cuerpo y miedo a perder el control por completo o morir, entre otros. Te preocupa que esta sensación de miedo intenso te vuelva a invadir y tenga terribles consecuencias, por lo que estás en alerta constante por si ocurriese de nuevo e intentas evitar situaciones relacionadas con los episodios.
Si te sientes identificad@ con uno o varios de estos sentimientos, pensamientos y conductas, contáctanos, podemos ayudarte.